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Alimentos ecológicos: qué son y beneficios

Todos hemos sido testigos del auge que están teniendo los alimentos ecológicos a la hora de hacer la compra, ir a un restaurante o planear una dieta. Estos alimentos, que anteriormente se encontraban en tiendas naturistas, ahora están en todas las tiendas de alimentación ordinarias o supermercados. Ahora están al alcance de todos. Su gran diversificación e importancia se ha extendido por muchos países se debe en resumidas cuentas a que la sociedad los ha demandado. Pero, ¿por qué ha adquirido tanta importancia durante los últimos años?

alimentos sosteniblesCada vez la ciudadanía está más concienciada sobre cuestiones medioambientales, la sostenibilidad y el cambio climático. Esto ha hecho que las preferencias de los consumidores hayan cambiado durante los últimos años, prestando más atención a productos que sean más respetuosos con nuestro planeta. Los productos ecológicos contribuyen a la protección del medio ambiente, el bienestar animal y el desarrollo rural
Por otro lado, este tipo de alimentos cuidan más de nuestra salud. Con la pandemia del Covid, la gente está más concienciada que nunca sobre el efecto que tiene la alimentación sobre nuestra salud. La sociedad demanda una alimentación saludable. Ahora más que nunca la comida healthy ha adquirido una gran importancia. Por eso, el consumo de alimentos ecológicos se ha disparado: los consumidores españoles gastan más dinero que antes de la pandemia en alimentos bio y “real food”. 

Sin embargo, aunque todos hayamos oído hablar de los productos ecológicos, ¿sabemos realmente lo que son y cuáles son sus requisitos?

¿Qué son los alimentos ecológicos?

Un alimento ecológico es aquel que se ha obtenido, distribuido y comercializado mediante procesos respetuosos con el medio ambiente. Se refiere al modo en el que se ha obtenido dicho producto. 

Sin embargo, el concepto de “proceso respetuoso” implica muchos procesos: desde métodos de cultivo, recolección, los pesticidas utilizados, los medios de transporte, almacenamiento de dichos productos, etc. 

Para regular dichas prácticas, la Comisión Europea establece los siguientes principios para la producción ecológica:

  • Prohibición del uso de OMG (Organismos Genéticamente Modificados)
  • Prohibición del uso de radiaciones ionizantes
  • Limitación del uso de fertilizantes artificiales, herbicidas y plaguicidas
  • Prohibición del uso de hormonas y restricción del uso de antibióticos y solo cuando sea necesario para la salud animal.
  • Adaptar la rotación de cultivos
  • Cultivo de plantas de fijación de nitrógeno y otros cultivos de abonos verdes para restaurar la fertilidad del suelo
  • La prohibición del uso de fertilizantes minerales nitrogenados
  • La elección de variedades y razas resistentes y técnicas que fomentan el control natural de plagas para reducir el impacto de las malas hierbas y de los parásitos
  • Fortalecimiento de las defensas inmunológicas naturales de los animales
  • Evitar el sobrepastoreo para mantener la salud de los animales

¿Cómo identificarlos?

Es fácil identificarlos en el supermercado, ya que si cumplen los requisitos, su etiquetado es obligatorio. En él deben figurar la identidad que avala el seguimiento de los estándares exigidos. Seguramente que hayas visto esta etiqueta alguna vez en algún producto, es fácil reconocerlo. El logotipo es el mismo para toda Europa. 

Para alimentos ecológicos extracomunitarios el logo es voluntario. Según la norma, se debe especificar el país de origen y la entidad que lo certifica.

Principales beneficios

El principal beneficio de los alimentos ecológicos para el consumidor es que en definitiva son de mayor calidad que los convencionales. Aunque estéticamente no sean tan atractivos como los convencionales, la realidad es que son reales y su sabor también lo es. De hecho, siempre se ha dicho que este tipo de alimentos tienen mucho más sabor que aquellos que utilizan químicos.

Por otro lado, son más saludables por diferentes cuestiones. La primera es que poseen unas importantes propiedades antioxidantes, lo que está directamente asociado con el envejecimiento. Por otro lado, los productos ecológicos no poseen antibióticos. Uno de los grandes problemas de la alimentación de hoy en día es la continua ingesta de antibióticos a través de alimentos convencionales. A largo plazo, esto puede provocar una resistencia de nuestro organismo hacia los antibióticos, provocando una disminución en su utilidad cuando se necesitan para combatir con alguna enfermedad. El consumo de carne de animales criados a base de hormonas y antibióticos puede tener efectos negativos a largo plazo. Por último, reduce la ingesta de organofosforados. Estos son unos compuestos presentes en muchos insecticidas que producen un aumento en enfermedades del sistema digestivo, respiratorio y nervioso. 

Pero no solamente tiene beneficios directos para el consumidor sino que como ya hemos visto antes, ayuda a preservar nuestro medio ambiente y fomenta la sostenibilidad. También apuesta por la economía local, por los productos y agricultores de nuestro país. De hecho, España  es uno de los principales exportadores de productos ecológicos a la UE, ya que es el país que tiene la mayor de tierras dedicadas a la agricultura ecológica de Europa. Sin embargo, no hemos sido líderes en consumo en comparación con otros países europeos. Poco a poco, los hábitos de consumo han ido cambiando orientado más hacia la sensibilización del medio ambiente y la salud. Y estas nuevas tendencias han venido para quedarse. 

 

 

 

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