LOS PUNTOS DE LA CARNE PARA ALCANZAR EL GUSTO PERFECTO
Tal y como explica Barcelona Culinary Hub en la cocina existen muchos tipos de cocción, siendo la plancha y el horno los más saludables. La plancha es una de las cocciones más utilizadas por su comodidad y rapidez, sobre todo para la carne. Sin embargo, la dificultad llega en el punto de cocción.
Puntos de la carne
Por lo general, cuando hablamos del punto de la carne se refiere a cortes de ternera o cerdo de unos 4 centímetros. Es clave que la carne se encuentre a temperatura ambiente antes de cocinarla si no queremos equivocarnos con el punto de cocción. Además, se debe tener en cuenta que no existe el punto de carne, sino que varía según las preferencias del comensal. Aun así, se puede clasificar en cuatro puntos:
Carne muy poco hecha
Se cocina durante muy poco tiempo a una temperatura alta. El objetivo es que la superficie quede sellada mientras que el interior esté casi crudo, manteniéndose rojo. La temperatura interior ronda los 45 grados y el filete se cocina un minuto por cada cara.
Carne poco hecha
También se denomina sangrante. Se cocina un poco más que la anterior, aunque son similares. El interior sigue quedando rojo, aunque en esta ocasión se alcanzan los 55 grados. Para mucha gente es el punto perfecto porque la carne queda jugosa.
Carne al punto
La carne se cocina durante más tiempo para que tenga un color tostado en el exterior. En el interior queda rosada pero sin sangrar. Suele tomar un tiempo de 7 minutos y la temperatura que alcanza es de 65 grados. En este punto, la carne comienza a perder sabor.
Carne hecha
También llamada tres cuartos. Se cocina un par de minutos más que la carne al punto. El interior adquiere tonos marrones.
Carne muy hecha
La carne ya es marrón tanto por fuera como por dentro al perder los jugos en la evaporación. En este punto la textura es más seca.
Consejos para conseguir la carne perfecta
La plancha que vayas a utilizar para cocinar tu carne debe estar caliente a la hora de colocar la pieza. Si no es así, solo conseguirás que la carne se cueza, perdiendo gran parte de su jugo.
No es necesario utilizar aceite ya que la propia grasa de la carne hace que se cocine.
La sal no debe añadirse hasta el momento de sacar la carne.
Para evitar que llegue fría al plato del comensal, lo ideal es cocinarla justo antes de servir.
Pinchar la carne durante el cocinado solo conseguirá que suelte sus jugos y, por tanto, quede seca.