Prácticas FP: duración, responsabilidades y objetivos

Todos los ciclos de formación profesional cuentan con una asignatura en su programa que consiste en acudir a una empresa real a desempeñar un aprendizaje durante algunos meses. Dicha asignatura es más conocida como prácticas de FP, y es una de las causas por las que este tipo de enseñanza tiene una mayor tasa de empleabilidad que los grados. En este artículo, resolvemos todas las dudas más comunes sobre ellas.

Beneficios de encontrar unas prácticas de FP

Las prácticas de Formación Profesional ofrecen una serie de beneficios para el estudiantado que opta por esta vía educativa. En primer lugar, son una excelente oportunidad para poner en práctica todos los conocimientos aprendidos durante el curso en un entorno real.

Al ser organizaciones de verdad que operan en el sector del ciclo, se facilita la asimilación de habilidades específicas del campo de estudio. Además, el alumnado puede obtener de primera mano una aproximación directa a cómo funciona la dinámica en el panorama laboral actual, así como la cultura empresarial y las expectativas profesionales.

La importancia de la formación en los centros de trabajo (FCT)

La FCT de Formación Profesional es como realmente se llaman las prácticas en empresas. Las siglas responden a Formación en Centros de Trabajo. Durante esta, el alumnado tendrá que poner en práctica diferentes habilidades que aprendieron en el curso, ya que por normativa, no pueden realizar siempre la misma tarea.

De este modo, hay una integración en el entorno laboral, una visión de diferentes situaciones y desafíos propios de la industria y la futura profesión, y se desarrollan otras capacidades como el trabajo en equipo, la comunicación y la resolución de problemas. Por ello, es una vía frecuente para quienes desean estudiar para ser chef.

¿Cuánto suelen durar las prácticas de una FP?

La duración de la FCT viene determinada por el tipo de ciclo en el que se esté matriculado. Además, el calendario lo acuerdan el centro educativo y la empresa, para que vaya acorde con las horas necesarias para cada perfil profesional.

En el caso de los ciclos formativos de nivel medio, como sería por ejemplo el título profesional básico en Cocina y Restauración, las prácticas ascienden a 350 horas en la empresa. Para los ciclos de grado superior, que son las titulaciones necesarias para acceder a puestos como el de chef, cocinero o gastrónomo, las prácticas son de 380 horas.

¿A partir de cuándo las prácticas de FP son remuneradas?

En diciembre de 2021, se aprobó la Ley de FP Dual, que implica cambios para el tratamiento de las prácticas. De acuerdo con lo establecido en dicha ley, el alumnado que opte por la FP en modalidad intensiva, pasará en la empresa entre el 35% y el 50% de lo que dura el curso. Además, tendrán un contrato con una remuneración. Estos serán los grados superiores.

Para la modalidad general, que se corresponde con el grado medio y que implica entre el 25% y el 35% de la duración del curso como prácticas, el alumnado cotizará a la Seguridad Social, aunque no obtendrán remuneración. No obstante, en ambos casos será el Gobierno de España el que pagará la cotización o el sueldo en un 90%, por lo que las empresas solo abonarán un 10%. Estas disponen hasta 2028 para adaptarse a la nueva normativa.

Como las prácticas de FP en cocina ayudan a tu futuro laboral

El sector de la hostelería y la restauración se caracteriza por un ritmo de trabajo frenético y por la necesidad de la excelencia, dado que es un entorno muy competitivo. 

En las prácticas de FP, el alumnado puede aprender diferentes técnicas culinarias, comprender la gestión gastronómica y de una cocina, y familiarizarse con la variedad de roles dentro de este ámbito. Además de perfeccionar habilidades técnicas, se contribuye al desarrollo de la creatividad, la capacidad de trabajo bajo presión y la destreza en la resolución de problemas, que son competencias altamente valoradas en el sector.

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Responsabilidades y objetivos a cumplir en unas prácticas de formación profesional en gastronomía

Durante las prácticas de FP en gastronomía, el estudiantado asume diversas responsabilidades que contribuyen a su formación integral. Por ejemplo, la preparación de alimentos, la gestión de utensilios y herramientas de cocina, la colaboración en la elaboración de menús y la observación activa de las normas de higiene y seguridad alimentaria.

En lo que respecta a los objetivos, figuran el perfeccionamiento de habilidades técnicas, la adaptación al ritmo de trabajo profesional y la comprensión de la dinámica operativa de una cocina.