Cocina solar: una alternativa económica y sostenible

Los alimentos procesados son aquellos que han sufrido cambios de forma industrial antes del consumo. Este tipo de alimentos son considerados como poco saludables debido a las alteraciones a las que se someten. Actualmente este tipo de alimentación es utilizada para ahorrar tiempo.

Según el grado de procesamiento de los alimentos se dividen en varios grupos:

• Alimentos poco procesados: entre los que se encuentran los frutos secos ya pelados o verduras lavadas y cortadas. A ninguno de estos se les ha añadido ningún ingrediente.
• Alimentos sometidos a pequeños tratamientos: alimentos en los cuales se lleva a cabo algún tipo de proceso, como sucede en los alimentos congelados o cocidos, latas de conservas o verduras congeladas.
• Alimentos que llevan ingredientes añadidos: contienen ciertas sustancias que alteran sus propiedades, como son los edulcorantes, conservantes y colorantes.
• Alimentos bastantes procesados: adecuados para consumir de manera inmediata ya que han sufrido un gran procesamiento, algunos de estos alimentos son las patatas fritas, los embutidos o las galletas.
• Alimentos muy procesados: son aquellos que están listos para calentarse en hornos o microondas, como por ejemplo las pizzas o platos precocinados que vienen congelados.

¿Cómo se hace el procesado de los alimentos?

El procesado de los alimentos se realiza con el objetivo de garantizar una mayor vida de los alimentos y cuidar su higiene. Debido a que los alimentos son productos perecederos, deben tener ciertas condiciones para que su conservación sea posible.

El proceso consiste en detener la actividad de los microbios que provocan el deterioro de los alimentos y que impiden su consumo. Estos procesos son previos a la comercialización y la consumición de los productos y se consiguen gracias a métodos que logran acabar con la actividad de las bacterias que provocan que el alimento entre en descomposición.

Se conocen diferentes maneras de evitar que los microorganismos afecten a los alimentos, una de ellas es la conocida cadena del frío, que puede ser:

• Refrigeración: desde los 2 a los 5 grados almacenando los alimentos en frigoríficos industriales y entre 8 y 15 grados si se almacenan en frigoríficos domésticos.
• Congelación: con temperaturas de -30 grados se consigue congelar el alimento.
• Ultracongelación: con temperaturas inferiores a los – 40 grados durante un periodo de dos horas como máximo.

Otra de las formas de lograrlo es con la conservación por el calor, este método es menos efectivo que por frío:

• Escaldado: se trata de la cocción de los alimentos con agua hirviendo durante 10 y 30 segundos.
• Pasteurización
• Esterilización

También se puede utilizar el método de conservación por curado porque es muy útil para aquellos alimentos que han de ser transportados más lejos de su lugar de origen, puede ser sazonado o ahumado.

La conservación por medios químicos también es un método que se basa en el uso de agentes antimicrobianos como son los desinfectantes y fungicidas.

Ventajas de incorporar alimentos frescos en tu dieta

Algunos de los alimentos procesados más comunes en las casas son los refrescos, galletas, nuggets, hamburguesas, mayonesa o pizzas pre elaboradas. Una alternativa a este tipo de alimentos son otros más saludables como las pasas o cualquier tipo de fruta fresca que te aportará una mayor energía con muchas menos calorías.

Se entiende como alimentos frescos aquellos que han sufrido un mínimo procesado y que no implica que se hayan perdido las características esenciales del producto. Los alimentos frescos son esenciales para mantener una dieta equilibrada y saludable, lo más recomendable es consumir alimentos frescos de temporada, ya que aportarán un mayor sabor y más nutrientes al organismo.

Las verduras, frutas, hortalizas, huevos, cereales integrales o legumbres son algunos de los alimentos que pueden sustituir a los alimentos procesados, además de ser más saludables aportan muchas más ventajas como:

• Ofrecen sus nutrientes sin alterar, vitaminas, minerales, fibras, etc.
• Mantienen mejor sus cualidades, teniendo una mejor textura, apariencia y sabor.
• Son alimentos más saludables.
• Son productos más económicos porque son naturales y no necesitan ser procesados.
• Tiene menos o ningún tipo de conservantes ni aditivos.
• Ayudan a cuidar la salud cardiovascular y la hipertensión arterial.