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Seguridad alimentaria

Contaminación cruzada en cocina: claves para evitarla en entornos profesionales

Equipo BCH

La contaminación cruzada de alimentos es una de las causas principales de las intoxicaciones alimentarias en el sector de la restauración. Se produce cuando bacterias u otros agentes nocivos pasan de un alimento contaminado a otro que no lo está. Las causas son múltiples, pero todas ellas se pueden prevenir siguiendo buenas prácticas y las normativas pertinentes. 

Hoy veremos cómo evitar intoxicaciones, pero si quieres aprender más sobre seguridad alimentaria para especializarte en este sector, fórmate con nuestro Máster en Nutrición, Gastronomía y Diseño de Menús Saludables.

¿Qué es la contaminación cruzada y por qué es un riesgo?

La contaminación cruzada de alimentos ocurre cuando microorganismos como bacterias, virus o alérgenos se transfieren de un alimento a otro, o de una superficie contaminada a una limpia. El ritmo de trabajo rápido en las cocinas profesionales facilita este fenómeno, que es imperceptible. Por tanto, es necesario seguir un protocolo de higiene en cocina. 

El principal riesgo asociado es el desarrollo de intoxicaciones alimentarias, que pueden ser graves. Algunos ejemplos incluyen la. Estas enfermedades por contaminación cruzada, como salmonelosis, listeriosis o infecciones por E. coli, afectan a la salud de los clientes. Pero también tienen el potencial de dañar la reputación del negocio.

Por otra parte, también se debe indicar la presencia de alérgenos; de no comunicarse, puede haber reacciones adversas en personas sensibles. Además del peligro que supone, puede haber consecuencias legales. Por tanto, para que el servicio sea seguro y de calidad, el personal debe estar formado en seguridad alimentaria en cocina. 

Tipos de contaminación cruzada

Existen dos tipos de contaminación cruzada de alimentos, la directa y la indirecta. Vamos a ver en qué se diferencian:

Directa

La contaminación cruzada directa se produce cuando dos alimentos entran en contacto entre sí, y uno de ellos transfiere microorganismos al otro. Por ejemplo, si una pieza de pollo crudo toca una ensalada lista para servirse, hay una contaminación inmediata. 

Suele darse por descuidos en la manipulación o porque el almacenamiento no es el adecuado. Para evitarla, se deben separar los alimentos crudos de los cocinados desde que llega la mercancía hasta que se sirven al cliente. 

Indirecta

La contaminación cruzada indirecta se produce cuando los patógenos se transfieren a través de superficies como las tablas de cortar, utensilios o por las manos del personal

Es más difícil de detectar y controlar. Por ejemplo, desinfectando las tablas entre alimentos o lavándose las manos después de tocar productos crudos. Esta contaminación suele darse cuando la rotación de personal es alta o no hay un protocolo de higiene estandarizado.

Buenas prácticas en cocina para evitarla

Para prevenir la contaminación cruzada de alimentos se necesita una cultura de higiene. Algunas acciones que se deben llevar a cabo son la separación de zonas de trabajo para carnes, pescados, verduras y alimentos listos para el consumo. 

También deben tener almacenamiento y utensilios propios, y estos últimos deben limpiarse y desinfectarse de manera rigurosa después de cada uso.

Otra buena práctica es lavarse las manos al cambiar de actividad; por ejemplo, después de tocar alimentos crudos, y cambiar o limpiar los trapos de cocina, guantes y delantales con frecuencia. 

Para poder verificar que se cumple con estas medidas, existen distintas técnicas de control de calidad. Con ellas, se verifica la seguridad del proceso y se garantiza que todo el equipo cumple con los estándares que marcan. No obstante, se requiere tanto formación continua como supervisión activa.

Normativas y protocolos de higiene obligatorios

En España, las cocinas profesionales deben cumplir con el Reglamento (CE) 852/2004 sobre higiene de los productos alimenticios. Establece los requisitos relativos a la manipulación de alimentos, la limpieza y desinfección de instalaciones, el almacenamiento, el transporte y la formación del personal. 

Además, cada establecimiento debe implementar su sistema APPCC (Análisis de Peligros y Puntos de Control Crítico), adaptado a su realidad operativa. Los protocolos deben incluir medidas concretas para evitar la contaminación cruzada de alimentos. 

Para asegurar que se cumple con el Reglamento, se realizan visitas de inspección de sanidad. Cuando se detecta un incumplimiento, puede haber sanciones, cierres temporales o incluso pérdida de licencias.

Si queremos evitarlo, hay que contar con un sistema documental actualizado, donde se registre la trazabilidad, los controles de limpieza y la formación del personal. Estos documentos deben también estar disponibles y ser auditables, dado que las autoridades sanitarias podrían solicitarlos. 

Conclusión

La contaminación cruzada en cocina es un riesgo frecuente, pero si se toman las medidas adecuadas se puede evitar. Para poder implementarlas, el personal debe estar formado y ser consciente de la importancia que tiene seguir los protocolos. 

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