
¿Qué es el etiquetado clean label y cómo aplicarlo en tu carta?
Vivimos en la era de la información. Esto no solo significa que tenemos un mayor acceso, sino que los propios consumidores la demandan antes de tomar decisiones. En los productos que compramos, esta información viene en el etiquetado. La búsqueda de la transparencia y la sostenibilidad nos ha llevado a la llamada clean label o etiqueta limpia. Se trata de que los ingredientes sean reconocibles con una comunicación clara y de que no haya aditivos artificiales.
En este artículo, veremos cómo se aplica a la restauración, pero si quieres conocer otros aspectos que afectan a la imagen de un negocio en este sector y aprender a construir una marca, puedes cursar nuestro Máster en Marketing Gastronómico.
¿Qué significa “clean label” y de dónde surge la tendencia?
El término clean label no viene regulado por ninguna normativa oficial, sino que es una tendencia que ha surgido en la sociedad. Viene determinada por la desconfianza que muchos consumidores sienten hacia ingredientes añadidos, ya que buscan comida saludable. Por ejemplo, aditivos, colorantes y conservantes sintéticos. Pero, también, hacia aquellas etiquetas con listados interminables de nombres de difícil comprensión.
Lo que se demanda es claridad en los productos, para indicar la presencia o ausencia de estas sustancias artificiales. En el sector de la restauración, equivale a cartas con información sobre los ingredientes, como alérgenos, gluten o aditivos.
Los orígenes de esta etiqueta se remontan a las industrias alimentarias del norte de Europa y Estados Unidos a principios de los 2000. El consumidor presionaba para tener más información de las grandes marcas y hubo que reformular los productos.
Ingredientes que sí y que no en una etiqueta limpia
Si se quiere apostar por el etiquetado clean label, hay que comenzar por revisar cada ingrediente desde dos criterios: su origen y su comprensión. Los ingredientes naturales que proceden de cultivos sostenibles, que no usan procesos químicos agresivos o que tienen beneficios nutricionales evidentes, son bien recibidos. Por ejemplo, legumbres, cereales integrales, especias naturales, frutas, hortalizas frescas y proteínas vegetales mínimamente procesadas.
Por el contrario, cuando los ingredientes tienen nombres técnicos, como E-250 o glutamato monosódico, aditivos artificiales, colorantes sintéticos, azúcares ocultos o grasas trans se alejan de la etiqueta limpia.
Por tanto, para poder hacer uso de ello, las marcas deben buscar alternativas naturales para mejorar la textura o el sabor. Algunas ya apuestan por incorporar alimentos funcionales como semillas de chía, cúrcuma o kéfir.
Cómo comunicar transparencia en tu carta sin perder atractivo
Para aplicar el clean label, hay que apostar, en primer lugar, por ingredientes sin aditivos, como hemos visto. Pero en segundo lugar, hay que comunicarlo de una forma atractiva. La transparencia puede usarse como una herramienta de seducción gastronómica.
Por ejemplo, una carta clara que tenga descripciones breves destacando el origen del producto o el valor nutricional, transmitirá confianza. En vez de ocultar ingredientes que resulten confusos, se pueden destacar aquellos que aportan valor, como los superalimentos o los alimentos alcalinos, que equilibran el pH.
El diseño también cuenta. La tipografía deber ser clara y legible y debe seguir la línea del resto de elementos que conforman la identidad de la marca. El personal de sala también tendrá que implicarse, para ser capaces de responder a las dudas de los clientes sobre las técnicas o los ingredientes usados.
Ejemplos de restaurantes que aplican el clean label en su branding
En España, locales como Honest Greens han apostado desde el inicio por menús sin ultraprocesados, sin azúcares añadidos y con ingredientes de temporada. Además, lo comunican de forma directa y comprensible. Su branding está alineado, con colores naturales, mensajes claros, menús flexibles y sin etiquetas engañosas.
Otro ejemplo es Flax & Kale en Barcelona, donde la carta está pensada en torno a ingredientes funcionales, platos plant-based y elaboraciones que respetan tanto el sabor como el perfil nutricional. El storytelling de la marca se apoya en la ciencia, pero con un lenguaje accesible.
Otros ejemplos de marcas internacionales que usan la clean label son Sweetgreen (EE.UU.) u Ottolenghi (Londres).
Conclusión
La etiqueta limpia debe entenderse como algo más que una simple lista de ingredientes. Se trata de mostrar los principios que sigue la marca y que van en la línea de las necesidades de los consumidores actuales. Ingredientes naturales, sin añadidos, sostenibles y preferiblemente locales. No obstante, para implementar esta estrategia se requiere formación y visión estratégica. Puedes obtener ambas con nuestro Máster en Marketing Gastronómico.